Separarse y ser familia
- aymamucha
- 10 abr
- 3 Min. de lectura
Esta es la historia de Tati @tati.goldman
Somos una sociedad tan exitista que una separación nos parece un fracaso.
Vengo a contarte que no (siempre) lo es.
Soy Tati. Tengo dos hijos, de 8 y 6 años (Tenían casi 6 y casi 8 al momento de separarnos).
Creo que todas tenemos la fantasía de separarnos muchas veces, como una válvula de escape o como la solución a muchos problemas. Spoiler alert: no lo hagan en ese sentido, porque los problemas siguen estando en el mejor de los casos, la mitad del tiempo.
Pasé 12 años con el papá de mis hijos: nos enamoramos y empezamos a soñar con una familia. Yo siempre fui bastante Susanita, siempre quise casarme y tener hijos. Y me encontré con un hombre que soñaba con ser padre. Nos casamos, quedé embarazada de nuestro primer hijo, al tiempo del segundo, luego vino la pandemia...
Nos llevó mucho tiempo y muchas terapias decidir lo que terminamos decidiendo: que lo mejor era separarnos.
Quizás fue gracias a nuestras malas experiencias como hijos de padres separados que pudimos hacerlo como lo hicimos: amorosamente, con acuerdos, con diálogo.
Nos llevó un mes llevar esa decisión a la acción: buscar departamento y alquilar, comprar muebles, electrodomésticos, ropa de cama, y lo más difícil: contárselo a nuestros hijos.
Separarse es carísimo. Económica y emocionalmente hablando.
Un día dije "es una separación amorosa". Se volvió una profecía. A casi un año de separarnos, viajamos juntos (los 4 y después con toda mi familia), nos acompañamos en momentos dificilísimos (de esos que uno no cuenta en redes sociales), pasamos un rato juntos en cada cumple de nuestros hijos y compartimos mucho diálogo en el día a día en lo que respecta a ellos.
Yo no lo llamo "mi ex".
Un día descubrí que no me sentía identificada con el mandato del ex: ese que odiás, que recordás más lo malo que lo bueno. Mi reikista escuchó mi inquietud y me dijo: A partir de hoy, cada vez que lo nombres, nombralo como "el papá de mis hijos". Es lo que es y es lo que será para siempre él en mi vida.
Fuimos armando nuestro propio esquema de días y en nuestro caso, ambos queremos estar mucho tiempo con nuestros hijos. Pasamos el 50% de las noches cada uno y el resto se va acomodando.
No es fácil.
Mis hijos el 31 de diciembre del 2024 dijeron "lo peor de este año fue que ustedes se separaron". Si, es un puñal que se te clava en el corazón.
Hay días más fáciles que otros.
Algunos días que no están conmigo ceno una rodaja de pan (de masa madre, perdón) con palta y una fruta. Y muchas veces acompaño esa cena con angustia. Me falta un poco el barullo, agacharme a juntar cosas del piso, decirles por vez número 10 que se bañen, irme a dormir y sentirme segura porque están en casa. Esos días me falta eso que el resto de los días me genera algo de padecimiento.
Así de ambivalente es la maternidad.
Otras, por suerte, disfruto cosas que antes no tenía. La primera: el silencio, qué hermosura poco valorada. Hago planes, salgo a entrenar o me quedo laburando. Y muchos días que estoy con ellos, los disfruto, los "mal crío" un poco e incluso me siento mejor mamá que antes.
Recomiendo fuertemente buscar ayuda si hace falta porque vale por mil separarse bien. Que mis hijos nos vean llevarnos bien, es el mejor regalo que puedo hacerles. Como dijo la psicoanalista con la que hicimos orientación a mapadres y fue nuestra terapeuta de pareja: "no siempre las separaciones son traumáticas". Intento recordar esto en esos días difíciles.
Mi hijo de 8 hace poco me dijo "No puedo creer: tienen una comunicación espectacular para todo y hoy papi no te avisó que yo no almorcé". Listo, yo ya gané.
Esto no es una oda a la separación.
Se sufre, se llora por una y por los hijos, y se replantea todo. Pero a veces, es la única solución para que esas dos personas que un día decidieron traer personas al mundo y formar una familia, sean más felices.
Mi única recomendación al respecto es: hagan terapia. Y si te vas a separar, que sea después de darlo todo, de intentarlo una vez y otra y otra más, de hacer terapia y de hablar hasta que no haya palabras.
Separarme no fue fácil, no lo es hoy tampoco.
Pero lo siento un acto de valentía y se me pasa.
Con amor,
Tati.
En verdad que es difícil llevar un divorcio así pero es cierto también que es el mejor regalo que se les puede dar a los hijos! Como hijos de padres separados repetimos el patrón pero a la vez lo rompimos con la sanación!
me encanta tu historia, ojala todos podamos ser tan maduros. Yo me separe pero el papa de mi hija sigue buscando me a pesar que lo intentamos muchas veces y no funciono .. Yo ta estoy segura que no quiero volverlo a intentar sin embargo es super dificil y solo para valientes como lo dices ... decidí ser feliz por que ya no lo era con el !! Eso me hace sentir orgullosa de mi pero es todo un proceso dificil de transitar
<3